jueves, 23 de octubre de 2014

Un argentino que supo trascender fronteras


Pablo Orlando, creador de Good People, es otro ejemplo de que querer es poder. Su voz sedosa llega al teléfono desde una oficina ubicada en San Francisco, en California, tierra de los deportes extremos. Cuenta que el proyecto empezó en el 2008 armando tablas de skate y longboard en un garaje como hobby y al ver que había una oportunidad de negocio, con su socio Daniel Jejcic, decidieron montar una página de Internet.  

Con el foro surgió la comunidad y con la comunidad los encuentros, y así nació Good People, una empresa de tecnología inmersa en los deportes extremos. "En ese momento en la Argentina no estaba bien integrada la comunidad de los deportes extremos y nosotros lentamente a través de página web empezamos a juntar a la gente y a organizar eventos", cuenta Pablo, que desde principio de año reside en San Francisco, con el objetivo de lanzar el sitio a nivel mundial en un cálculo aproximado de tres meses.

Empezaron con sus ahorros, luego hicieron una ronda de inversión entre familiares y amigos, y más tarde otra con inversores ángeles argentinos. Hoy por hoy están con una serie A en Silicon Valley, la cuna del Social Media y las Community Platforms, es decir de las plataformas que nuclean a los deportes extremos, lo cual en términos de crecimiento significa un gran logro. "Consideramos que somos los deportes extremos del futuro y queremos vincular todo lo que pasa offline en el mundo online", destaca Pablo.

Hace 2 meses fueron aceptados en RocketSpace, una de las aceleradoras más importantes de San Francisco. Además ganaron varios premios a nivel estatal, como el Buenos Aires Emprende (2010), o la Competencia NAVES (2011). Sin embargo, el gran salto fue haberse convertido en emprendedores Endeavor. "Eso a nivel internacional es un cambio radical: ser emprendedor Endeavor es lo más grande a lo que un emprendedor puede aspirar", admite este joven de 28 años.


Habla de la perseverancia, de la preparación y de la motivación. También señala la importancia de armarse un buen equipo, una red de mentores y por sobre todo de escuchar la opinión de los clientes. Todos arriban a una misma conclusión, y es que emprender, innovar y crear son parte de un mismo camino que se construye con espíritu de aprendiz, con tenacidad y constancia, se trata de una maratón intensa a la que se llega con esfuerzo y pasión y, como bien reflexiona Andy Freire, "hay que estar preparado para hacerlo".  

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