lunes, 6 de octubre de 2014

Querer es poder, la pasión de ser emprendedor

La creatividad, el talento y la perseverancia, son tres cualidades que no pueden escasear si se quiere llegar a la meta. Dentro del universo de los que se animaron y creyeron en su proyecto está Tomás Pando, creador junto con Francisco Piasentini y Francisco Murray, de las alpargatas Paez Shoes. Pando tiene 30 años y es licenciado de administración de empresas. Es de Corrientes y mientras toma un café cuenta que su pasión por innovar viene de familia, con un bisabuelo que instaló la industria del tabaco en Goya.

En el 2004, todavía estudiante, armó con sus hermanos y un conocido su primer emprendimiento relacionado al turismo de caza y pesca. El proyecto no prosperó, pero la experiencia sirvió de base para lo que en un futuro sería Paez. Se recibió y a su regreso de un viaje por Europa se echó a probar suerte. 

En el 2004, todavía estudiante, armó con sus hermanos y un conocido su primer emprendimiento relacionado al turismo de caza y pesca. El proyecto no prosperó, pero la experiencia sirvió de base para lo que en un futuro sería Paez. Se recibió y a su regreso de un viaje por Europa se echó a probar suerte. "Tenía 25 años, había mucho por explorar y el costo de fracasar era bajo", comenta al tiempo que confiesa que fue uno de los libros de Freire, Pasión por emprender, su motivo de inspiración. "Me hizo entender que ese tipo de vida era la que yo quería seguir", dice.

Después de investigar y tomar contacto con varios emprendedores, un día de 2007, nació la idea de darle vida a algo que en Argentina estaba olvidado: las alpargatas. Así fue como, después de hablar con Pancho Murray, su compañero de colegio y facultad, invirtieron 20.000 pesos de base y arrancaron con las Paez Shoes. Compraron la tela, la mandaron a un fabricante y armaron el sitio. Los resultados fueron óptimos y en muy poco tiempo empezaron a llegar pedidos desde Italia, España, Colombia y Chile, entre otros países.

Hoy en día, con un equipo de casi 50 personas y después de haber pasado por altas y bajas, el negocio se diversificó y las Paez, no sólo se fabrican a nivel local en Argentina y Chile, sino también desde hace un año se elaboran en Asia, desde donde se distribuyen a todo el mundo. Uno de los próximos objetivos a concretar es poner un pie firme en Brasil, y continuar creciendo. "Quiero crear una empresa lo más grande posible, que dé la mayor cantidad de trabajo y que genere el mayor impacto en la Argentina: esa es mi misión", explica Pando, mientras le brillan los ojos de entusiasmo. Para él no hay una receta exacta para lanzarse a emprender. "Es la pasión de uno por hacer algo y creer en su proyecto", dice, y a ello agrega que el equipo y la perseverancia son fundamentales para tener éxito. 

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