miércoles, 14 de enero de 2015

Ingenio y superación

Un hipopótamo que mide la temperatura del agua, un oso que evita que las puertas se cierren y un sapo para enfriar chichones. No se trata de los personajes de una tira infantil, pero Lucía y Leandro Karas pensaron en ese público para crear estos y otros productos, bajo el ala de Baby Innovation. La marca, fundada en 2010, llega a todo el país de la mano de baby stores, pañaleras y farmacias, con una oferta de más de 100 productos. "Están pensados para ayudar a los padres en la crianza y libertad de los niños", señala el matrimonio, que proyecta cerrar el año con una facturación de $ 2,5 millones.

La primera crisis llegó con el lanzamiento de los primeros productos. "Vender fue una de las cosas que más nos costó porque todos los clientes suelen estar ocupados y es difícil que te escuchen", confiesa Lucía, quien recuerda que, al principio, ni siquiera los recibían. 

"Las primeras tres ventas fueron a dos baby stores pequeños, que armamos y entregamos nosotros y aún sigo llevándoles los pedidos personalmente", asegura.

La cadena Creciendo confió en el negocio y, a los dos días de haberla contacto, les hizo el primer pedido de una relación comercial que aún se mantiene. A partir de ahí, otras cadenas confiaron en ellos.

Hacía años que tenían ganas de emprender, pero fue un día lluvioso que el matrimonio se convenció. Él dejó su trabajo; ella continúa con el suyo. "La mirada estaba puesta en Internet", reconocen. Pasó más de un año desde ese febrero de 2009, hasta que se concretó la primera venta de Baby Innovation, apuesta que insumió $ 250.000 (fondos propios) como inversión inicial. En simultáneo, nació Sofía, la primera hija y fue con ella, y tras varios viajes al exterior, que notaron la carencia de muchos productos en el mercado local. "El primer producto fue el mommy hook, un gancho para atar bolsos al carrito del bebé", dicen.


Las trabas a las importaciones llegaron cuando el 95% de las ventas de Baby Innovation se justificaban con productos del exterior. "Desarrollamos productos nacionales para sustituir importaciones", repasan los emprendedores, que tercerizan la producción. Hoy, el 35% de las ventas son de productos nacionales y, el año próximo, aspiran a que los productos hechos en la Argentina superen a los importados en la facturación. "Éramos muy nuevos cuando nos llamaron desde la Secretaría de Comercio, pero pudimos presentar nuestro plan de sustitución", explican.

Hasta las propuestas más comunes, como un alicate o un peine, tienen un diferencial, como una lupa para el primero y doble cerdas para utilizarlo en distintas edades, en el segundo. "No vendemos productos de bebés, sino productos con un plus para bebés", agrega la cofundadora.
En la Capital Federal se concentra el 60% de las ventas. La marca ya recibió pedidos del exterior. Sin embargo, advierten que el foco seguirá puesto en el mercado local un tiempo más. "Sigo viajando y participando de ferias en todo el mundo, porque mi competencia son empresas alemanas e italianas con décadas de trayectoria", finaliza el emprendedor. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario