Según el nuevo indicador que mide las condiciones favorables o debilidades que existen en un país para el desarrollo y fortalecimiento de nuevos emprendimientos, la Argentina pelea el segundo puesto de la región liderado por Chile.
El llamado Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico(ICSEd), realizado por el Prodem del Instituto de Industria de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), con apoyo y financiamiento del BID-FOMIN, intenta presentar una alternativa a los ya renombrados indicadores de esta índole como ser el Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
Típicamente estos índices al ser elaborados en países desarrollados como los Estados Unidos, tienen como referente comparativo a Silicon Valley –principal centro tecnológico mundial– sin considerar cuestiones y ritmos propios de cada país lo que en definitiva son insatisfactorios para una medición más acorde con las condiciones de creación de las llamadas empresas dinámicas o start-ups, es decir pequeños emprendimientos que por sus objetivos y condiciones de crecimiento tiene el potencial de convertirse en pymes en cada país en cuestión.
“Un emprendimiento dinámico es aquel cuyo crecimiento le permite abandonar en pocos años el mundo de la microempresa para transformarse en una Pyme competitiva con potencial y proyección de seguir creciendo”, señala el informe del Prodem, y es justamente esta maduración del capital, la que dicho indicador pretende medir.
La argumentación sería que “los emprendimientos dinámicos son los que tienen mayor capacidad para crear empleos de calidad y ayudar a diversificar la estructura productiva de la región. En pocos años, estos emprendimientos logran convertirse en pymes competitivas con potencial de seguir creciendo en base a la diferenciación y la innovación. Es por eso que cada vez son más los países que están interesados en promover su surgimiento.”
En el marco de la presentación del Índice y ranking elaborado entre los países de la región, el Director del Prodem y líder del equipo que diseñó el ICSEd, Hugo Kantis, explicó que los índices comúnmente utilizados “no lo hacen a nuestro gusto porque el emprendimiento dinámico exige de un enfoque sistémico del que no dan cuenta debidamente respecto delas condicionesparticulares de cada país, donde no se plantean problemas que en los países desarrollados ya se encuentran resueltos, y así establecen un paradigma de comparación que no permite a cada país armar su propia hoja de ruta”.
Así para la construcción del ICSEd, se toma una diversidad de indicadores internacionales que al normalizarlos resultan en este índice en particular que pretende reflejar más cercanamente los contextos favorables y desfavorables de la región.
START-UPS. Mientras que en los procesos de crisis se observa una tendencia a la centralización de capitales, es decir mayor concentración en una menor dispersión de unidades productivas mediante fusiones, quiebras y la absorción de capitales más pequeños por los más grandes, por el contrario, en períodos de crecimiento económico, se presupone como un indicador de salud del capital, la mayor competencia, donde la creación de nuevos emprendimientos que incorporen tecnología y dinamismo al mercado forman parte del tal desarrollo. Pero las llamadas start-ups, más específicamente, reflejan el paso del cuentapropismo a una empresa propiamente dicha, es decir a una unidad deproducción que tiende a la acumulación.
Según Kantis “en América Latina desde el punto de vista del desarrollo productivo existe la necesidad de fortalecer el tejido de pymes competitivas para lo cual es importante el surgimiento de nuevas empresas y emprendedores que no se queden en el microemprendimiento generando empleo para sí mismos, sino que resulten en un impacto más importante para la sociedad a través del empleo, la diversificación tecnológica, la necesidad de sectores más intensivos en conocimiento, diseño e innovación. Se trata de nuevas empresas que al cuarto o quinto año de vida, uno ve ahí a una pyme.”
CAPITAL HUMANO, CRECIMIENTO Y FINANCIACIÓN. En vistas a analizar las condiciones para que este tipo de emprendimientos y emprendedores surjan en un determinado país, siendo que “el nacimiento de un emprendimiento dinámico es el resultado de un conjunto articulado de factores”, el enfoque adoptado tiene un carácter sistémico que evalúa 10 dimensiones organizadas en torno a 3 ejes.
El primer eje comprende la “oferta de capital humano o emprendedor” que tiene como determinantes a la cultura, la educación y las condiciones sociales. En este punto entra también la visión generalizada que se tiene sobre el emprendedor.
El segundo eje mide el “espacio de oportunidades” siendo aquí fundamentales las condiciones de la demanda, es decir, el nivel de actividad económica, la estructura empresarial y la plataforma de ciencia y tecnología como conductores de innovación.
Y el tercer eje se centra en “factores que facilitan o inhiben el emprendimiento” como ser el financiamiento, capital social y políticas y regulaciones del sector público. Dentro del capital social lo que se contempla es la estrechez de los vínculos sociales que facilitarían la realización de nuevos negocios a encarar.
RANKING. Los principales resultados del análisis regional para la edición 2014 del ICSEd- Prodem, señalan a Chile como el país de la región con mejores condiciones sistémicas para el emprendimiento dinámico y le siguen en importancia México, Brasil, Costa Rica y Argentina compitiendo por el segundo lugar (Chile ascendió a 40,6; México 34,9; Brasil 34,9; Costa Rica 34,8 y la Argentina 34).
Sin embargo, estos se encuentran lejos de los primeros puestos del ranking internacional encabezado por Estados Unidos (66,89) y seguido por Finlandia (66,2) y Singapur (65,7) en tercer lugar.
Respecto de la Argentina, los mejores desempeños se dan en las dimensiones Condiciones de la Demanda (59 puntos) y Cultura (55 puntos), tendencia que también se observa a nivel regional, seguidos de Capital Social (50 puntos) y Educación (49 puntos) donde Argentina ocupa el primer lugar de América Latina.
El desempeño en las dimensiones de Financiamiento y en Plataforma de Ciencia y Tecnología para la Innovación y en Estructura Empresarial, ya se encontrarían por debajo del promedio regional.
La cuestión de la estructura empresarial sería sin embargo una debilidad para la región en general, en tanto que según el informe “una nota característica de las estructuras productivas en Latinoamérica es su elevado nivel de polarización y heterogeneidad estructural.
Por un lado, hay una elite de grandes empresas (algunas multilatinas) o subsidiarias de empresas multinacionales, con niveles de productividad y competitividad elevados. Y por el otro, un amplio conjunto de micro y pequeñas empresas con niveles de productividad, en general, muy bajos. Salvo casos puntuales, la articulación entre estos dos mundos es muy limitada.”
En términos generales, señala el informe, “América Latina ha estado beneficiándose de las buenas condiciones de la demanda que, por lo general, han estado asociadas al incremento en los precios internacionales de los principales bienes exportados y a la expansión de las clases medias”.
Tanto las condiciones de la demanda como las de cultura, registran las menores brechas de la región con respecto a los países que lideran el ranking internacional. Asimismo el estudio analiza que “la mayoría de los gobiernos de América Latina están apoyando al emprendimiento con capital semilla, es decir el aporte de capital para el lanzamiento de un nuevo emprendimiento”.
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