La innovación es la palabra que mejor define el rumbo de nuestra época. Y está totalmente ligada a los jóvenes como concepto de futuro. Involucra talento, creatividad y también un criterio solidario, a sabiendas que la sociedad también cambia cuando los factores de producción se combinan de una manera novedosa.
Y sí, hoy se habla mucho de innovación y mucho más de innovación social, que es la innovación con impacto en la comunidad.
Patricio Gigli es uno de los argentinos seleccionados. Tiene 28 años y es licenciado en Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Máster en Políticas Públicas en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), con tesis en curso.
Forma parte del Proyecto Buenos Aires Ciudad Inteligente, que busca mejorar la calidad de vida de los habitantes de esta ciudad a través de la implementación de proyectos tecnológicos innovadores.
Dice Gigli: "Innovar es adoptar un nuevo enfoque, una nueva mirada sobre algún desafío o problema y proponer un giro, una solución nueva, pero también es crear un nuevo desafío, ver un problema donde otros no ven nada o no quieren ver. Yo tengo una frase de cabecera y es que no hay cambio sin dolor: no vas a generar ningún cambio si no salís de tu lugar de confort, si no te cuestionás lo que sos, si no estás dispuesto a fracasar, a que nadie te escuche. El innovador debe tomar riesgos y divertirse, no conformarse con nada, no transar. Estar en movimiento".
"Es cierto que hoy se habla mucho de innovación, pero mucho más de innovación social, innovación con impacto en la comunidad. Voy a dar un ejemplo: en Argentina, crecimos durante diez años y los indicadores de pobreza se parecen bastante a los de la crisis de 2001. La necesidad de innovar, de pensar distinto, se impone", analiza Gigli.
¿Cómo está posicionada la Argentina respecto de su estatus innovador?
Gigli apunta que el argentino es innovador y pionero. "Hemos salido de las peores crisis con ideas nuevas y juntos, y por eso creo que el verdadero capital innovador está en la sociedad. El Estado puede ser innovador, pero por sobre todo debe ser un facilitador de condiciones para potenciar el ecosistema de la innovación social, allí donde surgen las mejores nuevas ideas".
¿Cuál es la situación de los jóvenes respecto al compromiso y participación de cara al futuro?
"En términos sociales sí creo que hoy se escucha más a los jóvenes. Ganamos un espacio y hay mayor visibilidad de lo que hacemos y lo que sentimos. Pero aquí hay una paradoja, para poner un ejemplo: los jóvenes tenemos más acceso a la educación, pero menos acceso al empleo. Tenemos más acceso a la información pero menos acceso al poder. El desafío es el de lograr construir una agenda de jóvenes y para los jóvenes. E incluir, incluir e incluir", concluye Gigli.
"La innovación son nuevos puntos de vista", explica Martín Ferreira. Pero no necesariamente la invención de algo inexistente. Es también adaptarse a los cambios constantes del mundo y pensarlos en forma creativa, nueva o con enfoques hasta el momento poco explorados".
Martín Ferreira, también argentino, tiene 31 años y es licenciado en Administración de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Fundador de la Asociación Civil SonRisas, una organización sin fines de lucro que centra su acción en niños en situación de riesgo, y que enfrentan las consecuencias de la pobreza y la exclusión. Actualmente desarrolla sus actividades en distintos barrios de la localidad de Esteban Echeverría en Buenos Aires.
¿Cuáles son los desafíos más urgentes en el caso argentino?
"A mí me convoca la pobreza, la injusticia, la restitución de derechos y la creación de oportunidades en niños, niñas y adolescentes. Creo que erradicar la pobreza extrema es el desafío prioritario de nuestro país, de nuestra región y del mundo", puntualiza Ferreira.
"Desde SonRisas creamos un dispositivo en el cual los niños en situación de exclusión tienen la posibilidad de hacer distintas actividades como karate, baile, arte, y otras actividades pero también apoyo escolar. Articulamos con familia, estado y escuela para alcanzar los objetivos. No respondemos a ningún interés político, partidarios, ni religiosos".
El tercero es Joaquín Ignacio Tomé, de 23 años. Licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad Católica Argentina que actualmente se encuentra estudiando una maestría en Economía Urbana en la Universidad Torcuato Di Tella.
Es fundador y director de Compromiso Hecho Ecología (CHE), una iniciativa de la ONG "Para que no te quedes afuera" (PQNTA), con el objetivo de formar a jóvenes en situación de riesgo, en técnicas de diseño y confección de productos innovadores y ecológicos.
En Argentina se producen mensualmente más de 1.000.000 de m2 de lona vinílica que terminan en basurales y cuya degradación supera los 100 años. En este problema, CHE vio una oportunidad. Bajo el liderazgo de Joaquín, CHE disminuye el nivel de contaminación reutilizando las lonas como materia prima en la creación de productos con un alto valor agregado. Su primer producto comercializado es una shopping bag, que reemplaza la tradicional bolsa de supermercado.
En el presente, además de estar involucrado en CHE, Joaquín es asesor en la Subsecretaría de Evaluación de Proyectos con Financiamiento Externo, en la Jefatura de Gabinete de Ministros de Presidencia de la Nación Argentina.
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