El revolucionario CEO de Virgin comparte cinco lecciones para mantener vivo tu espíritu emprendedor y el de tu equipo.
A lo largo de los años, en Virgin se han iniciado muchos negocios a partir de la frustración que produce el observar la forma en que se estaban haciendo (mal) las cosas en determinados sectores. Ya sean aerolíneas, teléfonos celulares o servicios financieros, nuestro sello es concentrarnos en hallar maneras de mejorar la vida de la gente por medio de un mejor servicio, innovación constante y agregando valor.
A veces un pequeño detalle, como una forma más transparente de fijar precios o un equipo de trabajo más amable, te da la ventaja. Incluso, nuestro sentido del humor también ha ayudado a atraer clientes y, sobre todo, conservarlos. Otro punto fundamental es mantener la burocracia reducida al mínimo y recordarle a nuestros colaboradores que los negocios –como la vida– deben ser divertidos.
Cuando arrancas un proyecto y tienes un equipo entusiasta, es relativamente sencillo enfocarse en los detalles y en un servicio de alta calidad. Pero, ¿cómo puedes conservar la pasión y la atención en puntos específicos cuando tu negocio ya está bien establecido, es exitoso y tiene una estructura más robusta?
En el caso de Grupo Virgin, la línea de negocios de música se dividió para crear unidades más pequeñas, a fin de mantener esa buena vibra y pasión que caracteriza a la firma. Para cuando se vendió esta división a EMI, Virgin Records estaba integrada por varias marcas pequeñas e independientes, las cuales competían sanamente entre sí por nuevas bandas.
Sin embargo, este enfoque no funcionaría con algunas de las demás empresas que integran nuestro consorcio, que requieren escalarse y crecer para competir con rivales mucho más grandes a nivel mundial. Así que tuvimos que adaptar nuestros negocios para que conservaran el espíritu innovador de Virgin, especialmente cuando logramos crecer a través de adquisiciones o expansión internacional.
Virgin America es un buen ejemplo. Esta aerolínea –recién llegada a Estados Unidos– es reconocida por sus aviones high-tech, su mercadotecnia extravagante y su fabulosa tripulación. Este año celebra su quinto aniversario de comenzar operaciones, cuenta con más de 2,500 empleados y muestra señales claras de que su crecimiento continuará. Por lo tanto, es necesario trabajar duro para mantener el entusiasmo que marcó el principio de esta línea de negocio.
Para lograrlo, David Cush, director general de Virgin America, cada año se embarca en un programa de capacitación conocido como “Refresh” (refrescar o reiniciar). La idea es mantener a nuestros equipos actualizados y conectados, lo cual previene que se vuelvan complacientes o que se acostumbren a estar siempre en la misma situación (o área de confort).
5 lecciones valiosas.
Recientemente patrociné una conferencia dada por varias compañías emergentes del Reino Unido. Uno de los oradores fue Richard Reed, uno de los fundadores de Innocent, la marca británica de smoothies y refrescos. Él inició este negocio con dos amigos, Adam Balon y Jon Wright, en 1998. Hoy, esta firma registra ventas anuales de US$315 millones y Coca-Cola es su socio mayoritario.
No obstante, los emprendedores se mantienen firmes en aras de conservar el espíritu de innovación y diversión que caracterizó su comienzo. Es fascinante analizar cómo estos tres socios se las arreglaron para mantener su fórmula mágica luego de recibir una inversión gigantesca por parte de una trasnacional. Por lo que trataré de resumir lo que hicieron (bien) porque considero que en su experiencia hay muchas enseñanzas y lecciones valiosas.
1. Ten clara tu visión. Con frecuencia, la visión en Virgin tenía que ver con cimbrar los mercados establecidos y ofrecer algo de gran valor y un buen servicio al cliente. En el caso de Innocent, se trataba de crear estupendos jugos para ayudar a la gente a llevar una vida más saludable, y de hacerlo de una manera divertida.
2. Integra al equipo adecuado. Si bien es difícil lograrlo, el problema es que muchas pequeñas y medianas empresas (Pymes) no crecen porque no identifican a los miembros del equipo que no pueden mantener el paso. En consecuencia, a veces es necesario apartarse de los directores veteranos que no pueden desarrollar los negocios (por muy doloroso que esto sea).
3. Construye una base sólida. Un propósito robusto y un sentido de la ética le dan a la compañía los cimientos que requiere para desarrollarse a largo plazo. En el caso de Innocent, el énfasis estaba en dejar el planeta un poco mejor de lo que lo encontraron. Este mensaje simple, aunque efectivo, hace eco tanto en el equipo de trabajo como en los clientes, ya sean 10 personas o 500.
4. No olvides que los detalles cuentan. Esto sin importar qué tan grande sea tu empresa. En lo personal, mantengo la obsesión por viajar constantemente en nuestros aviones y visitar nuestros negocios (cuaderno en mano) para platicar con el personal y supervisar los pequeños detalles. Esto al final ayuda a que la experiencia que ofrecemos sea única.
Por su parte, Richard Reed y sus socios hacen lo mismo. Revisan todo con regularidad: desde las tapas de sus botellas –que invitan a los consumidores a “disfrutar” la bebida y no a “usarla” antes de determinada fecha– hasta las características alfombras Astroturf de sus oficinas.
5. Escucha y actúa en consecuencia. Siempre le he pedido su punto de vista a nuestro personal, y ahora complemento esta labor revisando nuestras redes sociales. En tanto que una de las virtudes de Innocent es pedirle a los consumidores su opinión, para usar esta retroalimentación para comunicarles sus planes de crecimiento y mantenerlos siempre “conectados” con la marca.
A lo largo de los años, en Virgin se han iniciado muchos negocios a partir de la frustración que produce el observar la forma en que se estaban haciendo (mal) las cosas en determinados sectores. Ya sean aerolíneas, teléfonos celulares o servicios financieros, nuestro sello es concentrarnos en hallar maneras de mejorar la vida de la gente por medio de un mejor servicio, innovación constante y agregando valor.
A veces un pequeño detalle, como una forma más transparente de fijar precios o un equipo de trabajo más amable, te da la ventaja. Incluso, nuestro sentido del humor también ha ayudado a atraer clientes y, sobre todo, conservarlos. Otro punto fundamental es mantener la burocracia reducida al mínimo y recordarle a nuestros colaboradores que los negocios –como la vida– deben ser divertidos.
Cuando arrancas un proyecto y tienes un equipo entusiasta, es relativamente sencillo enfocarse en los detalles y en un servicio de alta calidad. Pero, ¿cómo puedes conservar la pasión y la atención en puntos específicos cuando tu negocio ya está bien establecido, es exitoso y tiene una estructura más robusta?
En el caso de Grupo Virgin, la línea de negocios de música se dividió para crear unidades más pequeñas, a fin de mantener esa buena vibra y pasión que caracteriza a la firma. Para cuando se vendió esta división a EMI, Virgin Records estaba integrada por varias marcas pequeñas e independientes, las cuales competían sanamente entre sí por nuevas bandas.
Sin embargo, este enfoque no funcionaría con algunas de las demás empresas que integran nuestro consorcio, que requieren escalarse y crecer para competir con rivales mucho más grandes a nivel mundial. Así que tuvimos que adaptar nuestros negocios para que conservaran el espíritu innovador de Virgin, especialmente cuando logramos crecer a través de adquisiciones o expansión internacional.
Virgin America es un buen ejemplo. Esta aerolínea –recién llegada a Estados Unidos– es reconocida por sus aviones high-tech, su mercadotecnia extravagante y su fabulosa tripulación. Este año celebra su quinto aniversario de comenzar operaciones, cuenta con más de 2,500 empleados y muestra señales claras de que su crecimiento continuará. Por lo tanto, es necesario trabajar duro para mantener el entusiasmo que marcó el principio de esta línea de negocio.
Para lograrlo, David Cush, director general de Virgin America, cada año se embarca en un programa de capacitación conocido como “Refresh” (refrescar o reiniciar). La idea es mantener a nuestros equipos actualizados y conectados, lo cual previene que se vuelvan complacientes o que se acostumbren a estar siempre en la misma situación (o área de confort).
5 lecciones valiosas.
Recientemente patrociné una conferencia dada por varias compañías emergentes del Reino Unido. Uno de los oradores fue Richard Reed, uno de los fundadores de Innocent, la marca británica de smoothies y refrescos. Él inició este negocio con dos amigos, Adam Balon y Jon Wright, en 1998. Hoy, esta firma registra ventas anuales de US$315 millones y Coca-Cola es su socio mayoritario.
No obstante, los emprendedores se mantienen firmes en aras de conservar el espíritu de innovación y diversión que caracterizó su comienzo. Es fascinante analizar cómo estos tres socios se las arreglaron para mantener su fórmula mágica luego de recibir una inversión gigantesca por parte de una trasnacional. Por lo que trataré de resumir lo que hicieron (bien) porque considero que en su experiencia hay muchas enseñanzas y lecciones valiosas.
1. Ten clara tu visión. Con frecuencia, la visión en Virgin tenía que ver con cimbrar los mercados establecidos y ofrecer algo de gran valor y un buen servicio al cliente. En el caso de Innocent, se trataba de crear estupendos jugos para ayudar a la gente a llevar una vida más saludable, y de hacerlo de una manera divertida.
2. Integra al equipo adecuado. Si bien es difícil lograrlo, el problema es que muchas pequeñas y medianas empresas (Pymes) no crecen porque no identifican a los miembros del equipo que no pueden mantener el paso. En consecuencia, a veces es necesario apartarse de los directores veteranos que no pueden desarrollar los negocios (por muy doloroso que esto sea).
3. Construye una base sólida. Un propósito robusto y un sentido de la ética le dan a la compañía los cimientos que requiere para desarrollarse a largo plazo. En el caso de Innocent, el énfasis estaba en dejar el planeta un poco mejor de lo que lo encontraron. Este mensaje simple, aunque efectivo, hace eco tanto en el equipo de trabajo como en los clientes, ya sean 10 personas o 500.
4. No olvides que los detalles cuentan. Esto sin importar qué tan grande sea tu empresa. En lo personal, mantengo la obsesión por viajar constantemente en nuestros aviones y visitar nuestros negocios (cuaderno en mano) para platicar con el personal y supervisar los pequeños detalles. Esto al final ayuda a que la experiencia que ofrecemos sea única.
Por su parte, Richard Reed y sus socios hacen lo mismo. Revisan todo con regularidad: desde las tapas de sus botellas –que invitan a los consumidores a “disfrutar” la bebida y no a “usarla” antes de determinada fecha– hasta las características alfombras Astroturf de sus oficinas.
5. Escucha y actúa en consecuencia. Siempre le he pedido su punto de vista a nuestro personal, y ahora complemento esta labor revisando nuestras redes sociales. En tanto que una de las virtudes de Innocent es pedirle a los consumidores su opinión, para usar esta retroalimentación para comunicarles sus planes de crecimiento y mantenerlos siempre “conectados” con la marca.
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