“En aquel momento, había sólo una marca importante de productos de belleza y sentí que era la oportunidad de lanzar algo parecido, pero más moderno”, cuenta Liliana. Con la ayuda de su hermano (doctor en Química) y una amiga (especialista en Marketing) diseñaron los primeros pasos de la empresa. En sólo seis meses ya tenían registrada la marca y desarrolladas las cuatro primeras líneas que incluían jabones, geles de baño, perfumes y sales con diferentes aromas. Hacia fin de año, ya estaban listos para salir al mercado y, con mucha fuerza, lo hicieron el 29 de noviembre.
Nunca mejor aplicada la frase “una crisis, una oportunidad”. Liliana la repetía mentalmente a cada momento. Había renunciado a su puesto en la agencia Walter Thompson para estar un poco más tranquila y tener más tiempo para ocuparse de la crianza de su hijo. Nunca pensó en un escenario semejante: “Por aquellos días no había efectivo en la calle y la gente no tenía ánimos para salir a comprar. Además, nosotros vendíamos algo que era sustituible pero, sin embargo, no nos fue mal en esa Navidad”, recuerda.
Las turbulencias económicas y políticas de la época hicieron que la emprendedora tuviera que repensar el negocio y elaborar una nueva estrategia. Había invertido todos sus ahorros en el proyecto (100 mil pesos) y estaba convencida de que, más allá de los cambios en las reglas de juego, su propuesta era atractiva y diferente. Sabía que podía enfrentar algunos momentos críticos, pero nunca había pensado que iba a tener que timonear en el medio de la tormenta con tanta velocidad. “Yo estaba recién aprendiendo a ser empresaria. Comenzamos planteando un negocio de una manera y, de un día para el otro, nos encontramos sustituyendo importaciones que dejaban de entrar”, agrega la empresaria.
Creer en el producto, la clave del éxito: "Para que las cosas salgan, definitivamente uno debe creer en ellas”, dice Liliana. Bajo esa premisa, Elementos Esenciales no sólo se ganó un lugar en el mercado, sino que creció de una manera sorprendente durante el primer año y además abrió nuevos locales en Unicenter, Galerías Pacífico y Buenos Aires Desing. “Con todos los cambios económicos por los que atravesaba el país en esa época, las marcas internacionales empezaron a cerrar sus negocios. De esa manera, a nosotros se nos presentó la oportunidad de ingresar a los grandes shoppings que hasta ese momento, sólo buscaban nombres importantes”, recuerda.
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