En el mundo de la Web 2.0 todo es gratuito y social. Se pueden usar sin costo extra software de correo e-mail como también aplicativos similares al Word y Excel. Pero cuando nos referimos a aquellos sistemas que hacen al funcionamiento de la empresa, al negocio, necesariamente se recurren a programas especialmente diseñados para tal fin.
Nos referimos a, por ejemplo, sistemas de gestión de clientes, facturación y administración, de gestión de stocks y puntos de ventas, de análisis y detección de oportunidades de negocios (business inteligence) y automatización de procesos – es decir, todo aquello que puede ser remplazado por uno o varios sistemas.
Estos programas son desarrollados “a medida” de las necesidades de la empresa, buscando optimizar y hacer más eficientes la administración de los datos, y para detectar oportunidades a partir de pautas de comportamiento de clientes y consumidores.
¿ cómo se puede mejorar la rentabilidad del negocio ?
Las empresas necesitan sistemas que suministren respuestas a esas preguntas. La dinámica actual obliga a que éstos se desarrollen rápidamente. Dependiendo del tamaño de la empresa, las soluciones pueden venir de la propia área de sistemas o de programadores externos. En todos los casos el desafío es el mismo: tener la solución que se necesita en el menor tiempo posible.
Los esquemas de trabajo que se definían en función del organigrama tradicional son rígidos y poco flexibles al momento de implementar cambios con la rapidez que la Web 2.0 exige. La dinámica actual se puede definir como entender el cambio, escuchar ideas, mejorar, implementar y volver a entender el cambio. El ciclo se repite.
Las empresas pueden tener los ingenieros de sistemas más inteligentes del mercado y los ejecutivos de negocios más audaces de la industria. En principio ambos hablan el mismo idioma aunque ésto pueda no ser suficiente para comprender e implementar la mejor solución en el menor tiempo. Todo se resume en la calidad del trabajo en equipo que se pueda articular.
Nos referimos a, por ejemplo, sistemas de gestión de clientes, facturación y administración, de gestión de stocks y puntos de ventas, de análisis y detección de oportunidades de negocios (business inteligence) y automatización de procesos – es decir, todo aquello que puede ser remplazado por uno o varios sistemas.
Estos programas son desarrollados “a medida” de las necesidades de la empresa, buscando optimizar y hacer más eficientes la administración de los datos, y para detectar oportunidades a partir de pautas de comportamiento de clientes y consumidores.
¿ cómo se puede mejorar la rentabilidad del negocio ?
Las empresas necesitan sistemas que suministren respuestas a esas preguntas. La dinámica actual obliga a que éstos se desarrollen rápidamente. Dependiendo del tamaño de la empresa, las soluciones pueden venir de la propia área de sistemas o de programadores externos. En todos los casos el desafío es el mismo: tener la solución que se necesita en el menor tiempo posible.
Los esquemas de trabajo que se definían en función del organigrama tradicional son rígidos y poco flexibles al momento de implementar cambios con la rapidez que la Web 2.0 exige. La dinámica actual se puede definir como entender el cambio, escuchar ideas, mejorar, implementar y volver a entender el cambio. El ciclo se repite.
Las empresas pueden tener los ingenieros de sistemas más inteligentes del mercado y los ejecutivos de negocios más audaces de la industria. En principio ambos hablan el mismo idioma aunque ésto pueda no ser suficiente para comprender e implementar la mejor solución en el menor tiempo. Todo se resume en la calidad del trabajo en equipo que se pueda articular.
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